Créditos: Derik Mazariegos
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“Nuestro municipio no solo llora lágrimas, llora sangre”, dijo Lázaro Lorenzo Gómez, primer principal de la Junta del Común y Natural del pueblo Xinka de San Carlos Alzatate, situado en el departamento de Jalapa, en un recorrido con diputados por los tramos carreteros inconclusos. La visita responde a gestiones comunitarias tras la difusión de un reportaje de Prensa Comunitaria que mostró el abandono estatal en ese municipio.

Por Derik Mazariegos

El miércoles 12 de febrero, tras años de presión comunitaria, la gobernadora departamental de Jalapa, Brenda Raymundo, junto a los diputados de la bancada Semilla, Byron Obregón y Olga Peralta, recorrieron la ruta para verificar lo que la población ha denunciado durante tres décadas: el abandono estatal evidente.

En el recorrido participaron representantes de diversos sectores, entre religiosos, campesinos, indígenas y delegados de la municipalidad. Entre los principales asistentes figuraron el concejal primero representante del Concejo Municipal de San Carlos Alzatate, el Comité de Unidad Campesina (CUC) del municipio e integrantes de la Junta de Comunidad Xinka.

Autoridades comunitarias de San Carlos Alzatate señalan abandono del Estado en la construcción de una carretera. Foto de Derik Mazariegos

Según consta en documento oficiales, la carretera que conecta las comunidades de San Carlos Alzatate y Morazán, en las montañas del departamento de Jalapa con la ciudad de Guatemala, ya está terminada. Sin embargo, es solo un camino de tierra que se vuelve intransitable con el lodo en invierno y que el polvo cubre en verano.

La población del municipio exigió ante las autoridades del gobierno central lo que debería ser un derecho básico: una vía de acceso digna que le permita integrarse con el resto del país.

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Tres décadas sin carreteras dignas: la realidad de San Carlos Alzatate

La demanda de esta carretera no es nueva. Desde hace más de tres décadas, San Carlos Alzatate ha exigido una conexión digna con la ciudad de Guatemala y el resto del país. No es una solicitud aislada, la población ha expuesto entre los argumentos para una carretera digna la mejora de la economía, el acceso a la educación y a la salud. Mientras la obra sigue inconclusa, los habitantes enfrentan un camino que, en invierno, se vuelve intransitable por el lodo y, en verano, se cubre de polvo, encareciendo el transporte de productos, dificultando la asistencia a clases y complicando la atención médica.

En 2009, la construcción de la carretera se suspendió sin explicaciones claras, y desde entonces, el abandono ha sido la norma. Pero la llegada de un nuevo gobierno, como el de Bernardo Arévalo, ha reavivado la esperanza.

Entre la población persiste la esperanza de que, esta vez, la carretera no quede solo en promesas. Los comunitarios están alertas, exigiendo que el compromiso se traduzca en acciones y que San Carlos Alzatate deje de ser un punto aislado en el mapa.

La carretera solo en documentos

José Adán, presidente del Comité de Unidad Campesina de San Carlos Alzatate, observa el camino que atraviesa la aldea Miramundo, en Jalapa. La carretera, lejos de estar concluida, sigue estropeada y cubierta de polvo. No obstante, en los registros oficiales, la obra ya figura como terminada.

“Solicitamos la presencia de una comisión del Congreso para que verifique con sus propios ojos lo que aquí ocurre”, explicó. “El proyecto sigue inconcluso, pero en los registros ya figura como terminado. Es urgente que se agilicen los trabajos”, insistió.

La falta de infraestructura vial no es solo una cuestión administrativa, sino un problema que afecta la vida cotidiana de cientos de familias en la región. Así lo expuso Lázaro Lorenzo Gómez, primer principal de la Junta del Común y Natural del pueblo Xinka de Alzatate. “La falta de carreteras en buen estado ha afectado a nuestra comunidad. Aunque hemos logrado algunos pequeños avances gracias a la lucha organizada, el problema sigue sin resolverse. En el trayecto entre Miramundo, Alzatate y Morazán, las comunidades han tenido que unirse para dar mantenimiento a los caminos con pico y azadón, y ocasionalmente con maquinaria. Sin embargo, el mayor esfuerzo lo ha hecho la misma población con su trabajo y sacrificio, porque sin un camino adecuado, no podemos comercializar los productos que cultivamos en nuestra localidad”.

La gestión no ha sido sencilla. Aunque Jalapa tiene representación en el Congreso de la República, los diputados responden a otras miradas políticas. Por eso, las autoridades comunitarias recurrieron a la bancada oficialista, con la esperanza de que funcione como garante del proceso.

Pero el problema va más allá de la gestión política. Las consecuencias de la falta de infraestructura repercuten directamente en la economía y en la vida de los habitantes de Alzatate. Lázaro Lorenzo Gómez lo explica:

“Nuestra economía se ve gravemente afectada. Producimos maíz, frijol y café, productos de primera necesidad para nuestras familias. Sin embargo, al no contar con carreteras adecuadas, nos vemos obligados a vender barato y a comprar caro. Los intermediarios que transportan nuestros productos hasta los mercados deben cubrir altos costos de traslado, lo que eleva los precios para nosotros. En otras palabras, trabajamos más, ganamos menos y pagamos más”.

La desigualdad en la inversión en infraestructura también quedó en evidencia en su intervención. Mientras otros municipios del departamento han sido priorizados en proyectos de desarrollo vial, San Carlos Alzatate sigue al margen, agrega Lorenzo.

“En todo el oriente del departamento de Jalapa, somos el único municipio marginado, como si no existiéramos. Municipios como Mataquescuintla, San Luis Jilotepeque, San Pedro Pinula, Chaparrón y Monjas ya cuentan con carreteras asfaltadas, pero Alzatate sigue sin infraestructura vial. Hoy, desde la aldea Miramundo, alzamos la voz. Estamos a 12 kilómetros de la cabecera municipal y el camino sigue siendo de terracería. De Alzatate a Morazán hay 20 kilómetros de carretera, de los cuales solo siete han sido asfaltados y ya están deteriorados”, indicó Lázaro Lorenzo.

José Adán refuerza el llamado: “Esta carretera es una deuda de más de 30 años. Esperamos que el Ejecutivo y sus ministros asuman su responsabilidad, actúen y la obra, al fin, se complete”.

Representantes del pueblo Xinka, campesinos y líderes religiosos de San Carlos Alzatate, Jalapa, realizan un recorrido junto al diputado y la gobernadora de Jalapa para verificar el estado de la carretera. Foto de Prensa Comunitaria

Las comunidades de San Carlos Alzatate exigen lo que debería ser un derecho: inversión en infraestructura que les permita desarrollarse en condiciones de equidad con el resto del departamento.

“Pedimos justicia, porque somos guatemaltecos y tenemos derecho a los fondos que el país maneja. Hoy, en esta hora y en el nombre de Dios, suplicamos que nos escuchen. Nuestro municipio no solo llora lágrimas, llora sangre”, concluyó Lázaro Lorenzo Gómez.

La gestión municipal con promesas sin planificación

A pesar de los compromisos municipales, el proyecto continúa sin avances concretos, evidenciando una falta de continuidad en la gestión pública. Henry Ronaldo Nájera de la Rosa, concejal primero del municipio de San Carlos Alzatate, afirmó que la administración ha trabajado en la reactivación del proyecto: “Nuestra misión desde el año 2020 fue el tema de las carreteras. En 2009 se inició la calle asfaltada, pero no sé por qué razón los trabajos se paralizaron”, indicó.

La falta de una planificación estructurada y el desconocimiento del proceso del proyecto carretero reflejan que el gobierno local no cuenta con estrategias institucionalizadas para garantizar la continuidad de obras de largo plazo.

Según el concejal, los cambios constantes en el Ministerio de Comunicaciones han retrasado la ejecución del proyecto: “Cada vez que un nuevo ministro asume el cargo, el proceso vuelve a empezar desde cero”.

Nájera aseguró que el alcalde ya sostuvo reuniones con el Ministerio de Comunicaciones y la empresa Sigma, S.A. para reactivar el proyecto. Sin embargo, no ofreció detalles de los acuerdos a pesar de que la reunión se llevó a cabo el 12 de febrero. “Primero Dios, en estos días se haga ya el acuerdo para poder dar reinicio a nuestra calle”, indicó el concejal primero.

Además, la falta de transparencia en torno a la paralización del proyecto genera dudas sobre la gestión municipal. No hay explicaciones claras sobre las razones de la suspensión de la obra ni sobre el estado contractual de Sigma, S.A., lo que deja interrogantes sobre posibles problemas de corrupción, mala administración de recursos o incumplimientos contractuales.

A esto se suma la deficiencia en la rendición de cuentas, ya que las respuestas del concejal al cuestionarlo están cargadas de retórica política sin información concreta: “No vamos a descansar hasta que nos den una fecha de inicio para estos trabajos”, asegura el concejal mientras evade dar detalles.

La municipalidad hasta ahora no ha mostrado alternativas a corto plazo para mitigar estos efectos como incentivos para atraer inversión en infraestructura temporal o mejoramiento vial.

Los vecinos de San Carlos Alzatate han solicitado datos sobre el financiamiento, cronogramas y mecanismos de supervisión, pero a la fecha no se han proporcionado.

“Si la empresa no puede continuar, hay que cancelarle el contrato”

El diputado Byron Alesky Obregón Castañeda conversa con los representantes de las comunidades afectadas de las montañas de Jalapa. Foto de Prensa Comunitaria

Durante la visita de las autoridades a la zona, se asumieron compromisos para agilizar la culminación del proyecto vial, que lleva años inconcluso. En ese contexto, conversamos con el diputado de la bancada oficial, Byron Obregón, sobre el estado actual de la obra, las estrategias para su seguimiento y la responsabilidad de la empresa constructora.

¿Cómo evalúa el estado actual del proyecto?

“Había escuchado que algunas partes del proyecto ya estaban en mal estado, pero verlo en persona es otra cosa. Al menos un 10% del proyecto está asfaltado y además deteriorado, lo que significa que falta muchísimo por hacer. Es preocupante que esta sea la entrada principal a un municipio y que siga siendo de terracería, con un acceso complicado y difícil de transitar. Es increíble que esta obra haya iniciado hace tanto tiempo y que aún no se vean avances reales”.

¿Cuál es el plan para retomar el proyecto y garantizar su finalización?

“Hemos trabajado en otros lugares con obras inconclusas, y si la empresa encargada no puede continuar, lo que corresponde es cerrar el contrato e iniciar un nuevo proceso con otra compañía que realmente tenga la disposición y el compromiso de trabajar. Hemos visto casos en los que algunas empresas simplemente dejan de laborar, y en esos casos, lo mejor es que se retiren para dar paso a otra constructora que sí quiera avanzar con la obra”.

Más allá de esta visita, ¿qué otras medidas están planteando para garantizar resultados concretos?

“La visita es clave porque nos permite recopilar evidencia y presentarla ante el Ministerio de Comunicaciones y otros diputados. Además, tenemos programada una reunión con el ministro de Comunicaciones, líderes comunitarios y autoridades municipales y departamentales para exigir avances y garantizar que el proyecto no siga estancado”.

¿Quién fiscaliza a Sigma, S.A.?

“Sí, parte de la estrategia es dialogar con el Ministerio de Comunicaciones para conocer su planificación respecto a los pagos y la continuidad de las obras asignadas a esta empresa. Como mencioné antes, si Sigma, S.A. no tiene la disposición de seguir con la obra, se debe cancelar el contrato y contratar a una nueva empresa que sí esté comprometida con el trabajo, que avance rápido y con transparencia”.

Foto grupal de dirigentes comunitarios, autoridades municipales y representantes del pueblo Xinka, junto a la gobernadora departamental y diputados del Movimiento Semilla. Foto de Prensa Comunitaria

La resistencia continúa mientras la carretera sigue inconclusa

El pueblo Xinka de San Carlos Alzatate junto a sus organizaciones comunitarias ha demostrado que la lucha por la carretera es para tener mejores condiciones de vida con acceso a salud, educación y desarrollo, así lo manifestaron ante las autoridades durante la visita.

“No habrá margen para el olvido. La Junta del Común y Natural de las montañas del pueblo Xinka de San Carlos Alzatate, junto con campesinos, transportistas y pobladores, seguirán vigilantes para que su voz no vuelva a ser ignorada. Si el gobierno no avanza, la resistencia persistirá”, expresaron.

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